Hace bastantes años que frecuento la Serra de Collserola, a pie y especialmente en bicicleta. Conozco multitud de caminos, senderos, fuentes, rieras y barrancos. Por eso muchas veces digo cariñosamente que Collserola es el jardÃn de mi casa. A diez minutos de la gran ciudad tenemos un espacio verde de gran valor natural y social. Un lujo.
Para los que no la conozcáis, es una sierra situada entre Barcelona, y las comarcas del Vallés y el Baix Llobregat. Tiene más de
Pero ayer fue un dÃa especial. Pude hacer los ajustes familiares necesarios con la intención de escaparme un rato en bici después de comer. Asà que hacia las cuatro enfilé hacia
Pero sucede que nos pica el gusanillo, nos gusta improvisar y "la cabra tira pal monte". Asà que decidà adentrarme por un camino que recordaba interesante.
El invierno ha sido duro también en Collserola, y el bosque está lleno de ramas y árboles caÃdos que en muchas ocasiones cortan los caminos. La verdad es que está precioso, pero miedo me da la acumulación de leña seca en el sotobosque cuando llegue el calor.
Tras sortear dos o tres árboles caÃdos me encontré el camino impracticable. Decidà tomar un desvÃo a la izquierda, y luego otro, y otro más. Encontré más senderos impracticables, y fui tirando como pude hasta que llegó un momento en que tuve que bajar de
Normalmente perderse en el monte es una situación bastante desagradable, pero en bici por Collserola suele ser divertido, porque siempre estás "a media hora de algún sitio". En este caso, tenÃa claro que me encontraba en la vertiente vallesana de la sierra, entre Sant Cugat y Cerdanyola.
Avancé hasta que salà a un camino bastante bueno. No lo conocÃa. Primera decisión ¿Hacia arriba o hacia abajo? Decidà cogerlo de subida, para alcanzar algún punto elevado y con vistas y orientarme.
Pero me sirvió para situarme. A mis pies efectivamente veÃa Sant Cugat y Cerdanyola. A mi espalda, a lo lejos, el Tibidabo y la torre de Collserola.
Y efectivamente, el camino se enfilaba hacia un "turó" (cerro), en lo alto del cual se divisaba algo asà como una cruz. Al llegar vi que más que una cruz era un soporte de hierro donde antes debÃa haber un cartel.
No sabÃa que por aquà habÃa explotaciones forestales de este tipo.
Ya estaba situado, pero el camino acababa aquÃ, asà que media vuelta y hacia abajo, que a algún sitio conocido saldré. Rodé por caminos que nunca habÃa visto, que parecÃan poco transitados. Bosques muy limpios de maleza y con multitud de troncos cortados perfectamente apilados.
De repente, lo peor que te puede pasar cuando vas perdido: una bifurcación. ¿Derecha o izquierda? Tomo el camino de la izquierda, que supongo va en dirección Sant Cugat, y al cabo de un rato llego a una explanada que es una plantación de abetos.
¿Habré llegado a Espinelves? No lo creo.
Finalmente, llego a un polÃgono industrial, donde hay una empresa maderera (ahora entiendo lo del bosque y la plantación de abetos). Y por fin veo un cartel con una indicación de Can Borrell. A partir de aquà ya voy enlazando caminos y senderos conocidos hasta casa.
Parece mentira. Llevo veinte años andando en bici por Collserola, un espacio natural relativamente pequeño, y todavÃa encuentro caminos y senderos nuevos. No uno ni dos, hay multitud de caminos por descubrir.
Me queda mucho por explorar y disfrutar, sólo espero que me dejen seguir haciéndolo, ya que la presión en el Parque sobre los ciclistas es cada vez mayor.
Un saludo y buenas pedaladas.